Líneas de inspiración: de la idea a la creación
TEXTO MARINA AREVALO
ILUSTRACIÓN ALBA SOLVEIRA
En un mundo donde casi todo está creado, ¿de dónde proviene la novedad? Obras nuevas, estéticas, únicas e irrepetibles se esconden tras la inspiración de artistas y artesanos que dejan fluir su imaginación para crear auténticas obras de arte a las que hoy en día se les sigue sin dar el valor que merecen.
Así pues, la inspiración se convierte en un hilo común que conecta diversas disciplinas, historias, vivencias y pensamientos. En este punto, la creatividad, una característica personal e intuitiva, se convierte en un proceso de comunicación para transmitir un sentimiento, una emoción. De esta manera, para cada persona, la inspiración no solo puede llegar a ser un rayo de luz que ilumina cualquier momento de penumbra, sino también el fruto de un diálogo constante entre ellos y sus sombras.
Pero, para llegar a esa conclusión se debe hacer un trabajo de introspección en el que dejas al descubierto tus intimidades más personales, abriendo las puertas de toda tu historia a la inspiración para poder plasmarla en una obra.
Estrella Los Arcos, ceramista
Pamplona, Navarra
Estrella encontró en la cerámica su verdadera vocación a los 39 años, tras haber trabajado como abogada durante mucho tiempo. Sin embargo, una falta de entusiasmo en su oficio, ligada a otras circunstancias personales, fueron su empujón para que emprendiera la búsqueda de algo que le brindara una mayor satisfacción personal.
Esa incertidumbre le llevó a estudiar escultura en la Escuela de Artes de Pamplona donde descubrió la cerámica, un arte que transformó su vida. Desde entonces, su relación con el barro ha sido inquebrantable, encontrando en ese material un aliado para expresarse y, al mismo tiempo, conectar tanto consigo misma como con quien comparte su afición por la alfarería, gracias al taller propio que abrió hace unos años en la capital navarra.
Para ella, la cerámica es mucho más que una simple técnica artística: es una forma de vida que le ha ayudado a encontrar su verdadera vocación. “El barro me encanta, aunque también me gusta la forja y la talla de piedra. El barro es más tangible, más inmediato”, afirma. De esta manera, su taller se ha convertido en un refugio donde puede desconectar, crear y, en muchos casos, encontrarse a sí misma.
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