Sara Parada: “Empecé por entretenimiento y ahora estoy dedicada al cien por cien a ello”

ENTREVISTA GONZALO GURIDI

FOTOGRAFÍA SOFÍA SOLVEIRA

Desde el taller que tiene en su pueblo natal, Sara Parada (Cambados, 1997) diseña y confecciona bolsos únicos a base de retales, uniendo así artesanía y sostenibilidad en cada una de sus piezas.
Sus creaciones son tan características que no solo han llegado a múltiples puntos de la geografía española, sino que incluso han logrado cruzar el charco. Pero esta joven diseñadora no se conforma con confeccionar bolsos, también se está formando para trabajar con otros materiales que le permitan ampliar aún más su catálogo de productos.

Después de estudiar el grado en Diseño de moda ¿Te imaginabas haciendo bolsos?

Durante el grado odiaba coser, porque los proyectos que me mandaban hacer estaban muy definidos y cuando proponía algo que se salía un poco de la norma me decían que no. No fue hasta que empecé las prácticas cuando me metí de verdad en el mundo de la costura.

Y luego, dentro de la moda, más que hacer prendas de ropa, lo que me gustan son los complementos. Entonces, con todos los retales que guardé del grado y de las prácticas, me animé a hacer bolsos, porque es el accesorio que más me gusta y era más fácil que me quedara bien y pudiera usarlo.

Pero empecé solo con intención de probar y entretenerme durante la cuarentena. Sin embargo, con el tiempo fui haciendo cada vez más y fui cogiéndole el gustillo.

¿En qué momento decidiste seguir con ello?

Yo soy poco de creerme las cosas, entonces, cuando me escribía gente diciéndome que le gustaban mis bolsos pensaba que lo hacían por quedar bien. Pero cuando vi que cada vez más gente me decía lo mismo e incluso me pedían que les hiciera un bolso fue cuando empecé a planteármelo.

Hubo un momento en el que creé una cuenta nueva en Instagram solo para mostrar lo que hacía, sin muchas pretensiones. Pero cuando me empezó a seguir gente que no conocía e incluso de otros países pensé: “Igual esto puede llegar a algo”. Y ahora, aquí estoy, dedicada al cien por cien a ello.

¿Cuánto tiempo te lleva hacer un bolso?

Depende del modelo, del tamaño, del material... Los de cuero, por ejemplo, me llevan más tiempo porque los coso a mano. Pero siempre intento hacer tiradas; cuando me pongo con un modelo hago mínimo dos unidades de él.

Para hacer uno del modelo más sencillo suelo necesitar unas dos horas, porque soy demasiado perfeccionista: si hay algo que no está del todo bien, lo descarto y lo vuelvo a hacer.

¿Lo descartas por completo?

Bueno, lo descarto para usarlo yo o dárselo a algún familiar, pero no lo vendo.
Siempre pienso que la gente está invirtiendo su dinero en un producto mío. Entonces, tengo esa cosa en la cabeza que me dice que todo tiene que estar perfecto, porque no quiero que nadie se quede insatisfecho.

¿Consideras que para hacer un producto artesano se necesita tiempo?

Sí, para todo. Si haces algo rápido, sin ganas y sin ponerle todo el empeño que le deberías poner, no lo consideraría un producto artesano.
En mi caso no es solo confeccionar un bolso, también está el tiempo que invierto en seleccionar las telas, investigar dónde poder encontrarlas e ir yo misma a verlas en persona -porque no me gusta comprar por internet-.

En general todo el proceso requiere su tiempo, pero la gente no ve eso. Hay quienes me preguntaban por el precio de un bolso y cuando se lo decía me lo echaban en cara porque creían que era muy caro o incluso trataban de regatearme.

Y eso que, al principio, cuando pensaba qué precio poner, a veces pensaba que debía bajarlo un poco más porque estaba empezando; pero da igual lo que la gente piense, tengo que valorar mi trabajo. Al final, quien te quiera comprar, te va a comprar.

¿Crees que cada vez más gente valora la artesanía?

Totalmente, y cada vez más gente joven. Al principio, el rango de edad que me compraba era más adulto, de treinta para arriba, pero ahora más gente joven está empezando a valorar lo que hago y va viendo lo que es y por qué cuesta lo que cuesta.

Puede que otras marcas ofrezcan productos mucho más baratos, pero la calidad del material y de la fabricación no tienen nada que ver, en uno o dos lavados ya no está igual. Y ahora la gente está empezando a ser más consciente de ello y valora más el pagar por una prenda que dure años y no por varias prendas que duren apenas unos meses.

La gente acaba apreciando lo que hacemos los artesanos y con el tiempo encuentras tu público. Cuesta un poquito, pero al final lo encuentras.

¿Desde que empezaste has ido mejorando las herramientas y los materiales con los que haces los bolsos?

Claro. Al principio no tenía dinero para invertir, así que trabajaba con lo que ya tenía. Pero no solo las herramientas, también he mejorado mucho mis conocimientos. Empecé a hacer bolsos habiendo estudiado solamente el grado, pero no estudié nada de marroquinería, ni sabía qué materiales eran buenos ni malos. Han sido conocimientos que he ido adquiriendo a medida que he ido haciendo.
Con los proveedores es igual, a veces crees que has dado con uno buenísimo y cuando lo pruebas es un desastre, otras encuentras uno que sí vale la pena y te amarras a ellos. Con el tiempo vas sabiendo qué funciona y qué no.

¿Cómo consigues los materiales?

Para materiales como tachuelas o cremalleras ya tengo algunos proveedores de confianza. Sin embargo, para las telas suelo ir cambiando porque voy buscando en distintos sitios; por ejemplo, intento buscar en almacenes que cierran, pero no porque sean más baratas sino porque hay cosas más únicas.

Por eso me gusta más ir mirando nuevos sitios, como mercadillos o tiendas que venden un poco de todo. Aunque cuando necesito algo concreto sí que voy a buscarlo a tiendas ‘normales’.

Pero, si tengo que elegir, prefiero ese tipo de sitios. De hecho, a veces intercambio mi número con ellos para que me avisen cuando les llega algo nuevo; de esa forma encuentro cosas más únicas y mejores, incluso.

Es por eso por lo que hay veces que me piden más bolsos con la misma tela, pero no se puede. Y ahí también se refleja la artesanía detrás de cada producto, la singularidad que puede tener cada pieza.

¿La tela es la que marca el modelo o al contrario?

Normalmente escojo primero el modelo, luego voy dando vueltas por el taller, selecciono varias telas entre las que tengo guardadas y empiezo a cortarlas según el patrón.

¿Te suele sobrar mucha tela después de cada trabajo?

Intento que me sobre lo menos posible. Por ejemplo, cuando quiero hacer un modelo pequeño pero veo que ese tamaño va a hacer que me sobre un retal que no voy a poder reutilizar, prefiero hacerlo más grande para que me sobre menos.

Igualmente, siempre trato de darle salida a las telas que me sobran, incluso si son muy pequeñas las puedo utilizar para un minibolsillo o cosas así. Si no, también trato de hacer ‘patchwork', aunque eso me lleve más tiempo.

¿Cuántos modelos has hecho en total desde que empezaste?

Como mínimo veinte patrones distintos. Aunque últimamente estoy haciendo los mismos porque son los que más se están vendiendo. Sin embargo, cada semana intento ir cogiendo referencias para crear cosas nuevas, después las dibujo e intento hacerlas. También, a medida que voy haciendo, voy probando cosas: hago versiones de distintos tamaños o cambio pequeños detalles hasta que al final sale el modelo definitivo.

Pero con los encargos tengo que ceñirme a lo que me piden. Por eso, si me piden algo que no me gusta, intento llegar a un acuerdo para ajustarlo y que se parezca más a lo que hago habitualmente; no quiero hacer cosas que no sean fieles a mi estilo.

¿Qué cosas son una seña de identidad ‘Sara Parada’?

Los lazos y las tiras colgando. También los bolsos de mano, bolsos pequeñitos; aunque hay gente a la que no le gustan tanto porque son más para ocasiones especiales, pero mí me gusta mucho usarlos y por eso los hago. Además, trato de hacerlos funcionales; por ejemplo, las tiras fruncidas también son muy habituales en mis diseños y con ellas hago que los bolsos sean ajustables y que se puedan poner tanto al hombro como cruzados. Personalmente, me gusta poder usar los bolsos de varias formas; por eso hago los míos así.

Pero no solo vendes bolsos…

También tengo llaveros o camisetas y vestidos serigrafiados que llevo a los mercadillos a los que voy. Pero en mi página web también vendo ‘Bow Flowers’, que es un producto algo diferente. Yo siempre veía coleteros que, con el pelo que tengo, normalmente no me daban ni para dar una vuelta. Por eso decidí hacerme uno con tiras ajustables como las que uso en los bolsos. Me gustó cómo quedó y ahora los hago con esos retales más pequeños de los que hablábamos antes.

¿Hay algo que no hagas ahora pero que te gustaría probar en un futuro?

Me encantan los zapatos, aunque es un lío tremendo, ya que me gustaría contar con alguien cercano para que me asesore y me enseñe pero donde vivo no tengo a nadie a quien preguntar. También me gustaría hacer más cosas con cuero como carteras o cinturones. Pero con el cuero estoy siendo autodidacta desde que un diseñador de Nueva York me pidiera unos bolsos. Me preguntó si trabajaba con cuero y le dije que no, pero que lo intentaría; y gracias a él descubrí que es un material que me encanta. Ahora un diseñador de Madrid también me pidió unos bolsos de cuero y unos cinturones.
Entonces, ahí voy, practicando poco a poco para que en un futuro pueda sacar mis propios productos.

¿Hasta dónde han llegado tus creaciones?

Lo más lejos Nueva York, pero también a Francia e Italia. Y dentro de la península donde más vendo es en A Coruña, todas las semanas sale algo para allí.

Sin embargo, todo lo haces desde Cambados y no tienes intención de moverte…

Estoy muy cómoda aquí. Siempre tuve la intención de irme a vivir fuera durante una temporada, pero sé que acabaría volviendo. Todo el mundo dice que, dentro de España, en Madrid es donde está todo y que para los que trabajamos en el mundo de la moda es el mejor sitio al que irse; pero conozco a mucha gente que se fue para allí y al poco tiempo volvió.
Aquí es todo más tranquilo, hay cinco casas contadas, cuando me levanto veo todo verde y no hay ruido. Además, hace apenas un año que monté el taller aquí, así que, de momento, no pienso en ir a otro sitio.

Puedes conseguir los productos de Sara Parada a través de su página web saraparada.cc y de su Instagram @saraparadacc